GINO BIGIONI, LA MARCA PERUANA QUE CONQUISTA CON CALZADO FEMENINO DE ALTA CALIDAD

Desde Villa María del Triunfo, una marca creada con pasión, esfuerzo y visión ha logrado abrir camino en la industria de la moda, generando empleo digno, empoderando a decenas de peruanos y llevando el nombre del Perú con orgullo.

MODA

Jacky Alvarez

6/19/20253 min read

En un taller ubicado en Villa María del Triunfo, se gesta uno de los secretos mejor guardados de la moda en Perú: calzado femenino de alta gama hecho 100% en el país, con estándares internacionales y una esencia profundamente artesanal. Se trata de Gino Bigioni, la marca peruana liderada por David Gutiérrez, un emprendedor que decidió transformar su historia familiar en un proyecto que hoy emplea a más de 40 personas y va camino a convertirse en un referente de diseño y calidad.

“Gino Bigioni es el nombre de un italiano que vino de Florencia hace muchísimos años y fue maestro de mi papá. Él nos enseñó este arte con materiales y técnicas adelantadas a su época, y quise honrarlo continuando ese legado”, explica Gutiérrez, quien creció rodeado de cueros, hormas y pasión por el calzado.

La marca, que inició hace apenas cuatro años, se ha ganado el reconocimiento del sector gracias a su apuesta por el trabajo manual, el uso de materiales de altísima calidad —muchos importados directamente de Europa— y un enfoque en el diseño exclusivo para mujeres.

“El amor por este arte lo tengo desde niño. Pero emprender en esta industria en el Perú no es fácil. No hay centros de formación ni apoyo institucional. Aquí uno tiene que aprender todo en el camino y formar desde cero a su propio equipo”, comenta.

Y su equipo es, sin duda, una de las joyas más valiosas del proyecto. Mujeres que antes eran cosmetólogas, enfermeras o lideraban comedores populares hoy se desempeñan como artesanas expertas, tras haber encontrado en Gino Bigioni una segunda oportunidad. “Me enorgullece haber formado un espacio inclusivo. Me dijeron que en zapatería solo trabajaban hombres, pero aquí la mayoría son mujeres, y hacen un trabajo fino, minucioso, impecable”, destaca.

Actualmente, el taller da empleo a entre 30 y 40 personas de forma estable, y hasta 60 en temporadas altas. Gino Bigioni también externaliza trabajo artesanal a mujeres de provincias, fomentando así el desarrollo económico en otras regiones. “Para mí, generar empleo es tan importante como hacer un buen zapato”, afirma.

Pero David no se detiene ahí. Entre sus metas está abrir su propio atelier y, a largo plazo, cadenas de tiendas físicas donde pueda exhibir el verdadero valor de su producto. “No me puedo morir sin haber hecho eso. Quiero que Gino Bigioni esté en cada esquina del país, y que se reconozca el valor del trabajo hecho en Perú”.

En un mercado donde abundan los productos importados o de fabricación masiva, Gino Bigioni apuesta por lo contrario: lo hecho a mano, lo ético y lo sostenible. “Usamos cueros vacunos naturales y químicos a base de agua. Es más sostenible que el sintético, que en realidad contamina muchísimo más de lo que la gente cree”, aclara Gutiérrez, quien ha estudiado a fondo el impacto medioambiental de cada insumo.

La ética también es parte esencial del ADN de la marca. “Hacer las cosas bien, sin copiar ni hacerle daño a nadie. Esa es mi filosofía. Ayudo a quienes empiezan, aunque a veces no recibo lo mismo de vuelta. Pero eso no me desanima. Mi enfoque es construir, no competir de forma desleal”.

Finalmente, al ser consultado sobre qué mensaje daría a otros emprendedores, David lo tiene claro: “Perseveren. Rodéense de gente buena. Y no tiren la toalla. Si ya empezaron, no se detengan. Porque cuando uno ama lo que hace, tarde o temprano llega el momento de florecer”.

Con visión, talento y un corazón que late por la industria del calzado, Gino Bigioni demuestra que desde cualquier rincón del país —incluso desde Villa María del Triunfo— es posible crear productos de clase mundial y transformar vidas a través del trabajo.